Nuevo éxito de ¿quién teme al lobo feroz?
ASDBU
Burgos 13 de diciembre de 2012
Nuevo éxito de ¿Quién teme al lobo feroz?, en su segunda representación en Caja Círculo, con la sala a rebosar y un público entregado, los jóvenes actores y actrices de la Agrupación Teatral Estela bordaron el conocidísimo cuento de PERRAULT..

Había nervios entre los componentes del grupo teatral de síndrome Down Burgos, eran conscientes de lo bien que resultó la función en su estreno, del buen sabor de boca que dejaron en los más de 400 espectadores que disfrutaron con ellos y que a medida que se acercaba la hora los gusanitos del estómago se empeñaban en dejarse notar.
Menos mal que el equipo de realización trasmitía toneladas de tranquilidad balsámica, que intentaba relativizar el evento y sus consecuencias, pero ni con esas.
En estas, llega la hora, se abre el telón y Rocío abre el espectáculo, sobria, tranquila y con una perfecta dicción sitúa la obra. Ya está, fuera nervios, comienza la función.
La obra está dividida en skets, con situaciones que, si bien se enlazan perfectamente, poseen vida propia, permitiendo una visión separada de cada uno de ellos.
Una Caperucita (Olga) peculiar, moderna, atrevida, con desparpajo se come a un lobo (Alejandro) tontorrón que no asusta ni a su sombra. Inconformista y aburrida sale de marcha recalando en el bar de Luis, un garito de copas.
El bar de Luis acoge a esta caperucita fashion y atractiva que revoluciona a David el camarero en cuanto pone el cestito en alguna de las mesas del local.
En otro de los skets, nuestro descafeinado lobo se las tiene que ver con una partida de ufanos cazadores que piensan que además de tontorrón no tiene ni media torta. Tonto igual, pero a bruto no le gana nadie, así que en un plis plás los aguerridos escopeteros Álvaro, Andrés, Jorge ,Isabel e Iván colapsan las urgencias del centro de salud.
Y en esto llega el desenlace de la historia, aquel por el que la desvalida abuelita es engullida por nuestro licántropo, recuerdan la escena? La abuelita sobando, el lobo hambriento y catapumba adiós a la pobre ancianita, el tontorrón se pega el festín de su vida engulléndola a palo seco. Pues aquí no es así, la ancianita interpretada por una genial Patricia que es una enreda de cuidado, convence a Caperucita para emborrachar al lobito, lo meten en la cama y cuando se despierta se encuentra con el séptimo de caballería encarnado por el grupo de baile (dirigido por Silvia) y formado por Andrés, Iván, Álvaro, Jorge, Dani, Isabel, Laura, Laura de Pedro, Patricia, Olga, Arantxa, Rocío, Juan, Alejandro, David, Bea, que revolucionaron la tarde con una pieza de baile fuerte y simpática. De esta manera, los chicos del Estela echan el cierre a una estupenda sesión de profesionalidad, encanto y buen humor. El público mostró su agradecimiento con un prolongado aplauso con el que quiso reconocer el trabajo del elenco y de sus mentores, Susana, Lorena y Nacho.