La UBU incorpora a su plantilla a un trabajador con síndrome de Down

ASDBU
Andrés García, de 27 años, accede como auxiliar de servicios a una beca formativa. Realizará una jornada de 3,5 horas diarias en el edificio de Administración y Servicios. N. E. / Burgos La Universidad de Burgos incorpora a su plantilla a Andrés García Bravo, un joven de 27 años de edad con síndrome de Down, que realizará cometidos de conserje en el edificio de Administración y Servicios. Este compromiso se hacía firme ayer con el convenio firmado entre el rector de la UBU, Alfonso Murillo, y la presidenta de la Asociación Síndrome de Down de Burgos, Belén Santamaría. De esta manera, esta institución pública se suma a los acuerdos de inserción laboral que tiene este colectivo con el Ayuntamiento de la capital y la Diputación Provincial. El próximo objetivo, en cuanto a administraciones públicas, pasa por implicar a la Junta de Castilla y León, según explicaba el gerente de la asociación, Luis Mayoral, así como seguir trabajando en el ámbito privado para conseguir el acceso al trabajo de las personas con síndrome de Down. Andrés García accederá a un contrato en prácticas con una jornada laboral diaria de 3,5 horas y una remuneración mensual de 300 euros. El compromiso de la UBU y la participación económica de las empresas GlaxoSmithKline, en Aranda de Duero, y de la Fundación Adecco, han permitido obtener la financiación necesaria (4.500 euros) para realizar esta contratación. El nuevo trabajador cuenta con experiencia en este tipo de labores ya que, anteriormente, estuvo trabajando en la plantilla municipal. Además, ha pasado por el centro de inserción laboral con el que cuenta la Asociación Síndrome de Down, donde ha recibido la formación necesaria para desarrollar este tipo de trabajo. Concretamente, realizará tareas relacionadas con el control de acceso, la recepción del personal visitante, la entrega de paquetería, correo, reprografía y recados oficiales, según se recoge en su contrato en prácticas. Según destacaba el rector de la UBU, este convenio tiene como objetivo, además de favorecer la integración laboral de personas con discapacidad, promover el desarrollo de su autonomía, así como potenciar su integración entre la comunidad universitaria como un miembro más. El contrato se prolongará hasta el 31 de diciembre, con la posibilidad de que pueda renovarse más allá de 2012. Al tratarse de una beca formativa, el trabajador contará con el seguimiento de un tutor con la finalidad de que su integración en las labores diarias se realicen con mayor facilidad. Murillo destacaba el compromiso de la Universidad de Burgos en todo lo relacionado con la integración social de personas con discapacidad. En este sentido, recordó que la institución académica cuenta con una Unidad de atención al estudiante con discapacidad en la que se presta apoyo en materia relacionada con la accesibilidad y la ayuda técnica que puedan necesitar aquellos estudiantes que tengan algún problema de movilidad.
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